Desigualdades regionales en términos de conectividad y acceso a Internet

En África,​ las desigualdades regionales en materia de conectividad son uno de los principales obstáculos para el desarrollo digital inclusivo. Estas diferencias no solo se observan entre países, sino también —y sobre todo— entre zonas urbanas y rurales dentro de los mismos Estados.

Las zonas urbanas, en especial las grandes capitales y centros económicos, suelen contar con infraestructuras más desarrolladas. Disponen de amplia cobertura móvil (3G, 4G e incluso 5G en algunos casos), un acceso más frecuente a banda ancha fija (ADSL o fibra óptica) y una mayor densidad de instalaciones tecnológicas. Estas ciudades atraen inversiones de los operadores de telecomunicaciones debido a su mayor potencial de rentabilidad, gracias a una población concentrada, mayor poder adquisitivo y una demanda creciente.

Por el contrario, las zonas rurales suelen quedar al margen. Enfrentan múltiples desventajas baja densidad de población, terreno de difícil acceso, falta de una red eléctrica fiable y niveles de ingresos más bajos. Instalar una antena, desplegar cables de fibra óptica o garantizar el mantenimiento regular representa un costo elevado, con un retorno de inversión incierto. Como resultado, millones de africanos en zonas rurales no tienen acceso a un Internet fiable o deben conformarse con una red móvil débil e inestable.

A nivel continental, las diferencias entre regiones también son notables. Por ejemplo, en África del Norte, el costo medio de 1 GB de datos móviles es de 0,86 dólares.En África Subsahariana, este costo asciende a 3,31 dólares por GB, aunque esta cifra oculta desigualdades aún más marcadas. En Zimbabue, por ejemplo, el precio de 1 GB puede llegar a 43,75 dólares mientras que el salario medio mensual no supera los 400 dólares. En cambio, países como Ghana y Kenia son la excepción, con tarifas mucho más accesibles gracias a políticas públicas activas y una fuerte competencia entre operadores. En 2023, el costo promedio de 1 GB era de 0,40 dólares en Ghana y 0,59 dólares en Kenia.

También existen desigualdades tecnológicas. Mientras que algunos paises ya experimentan con la 5G en ciertas ciudades, otros aún luchan por ofrecer una cobertura 3G confiable en regiones rurales. Además, aunque servicios como Starlink han comenzado a cubrir zonas previamente inaccesibles, su costo sigue siendo prohibitivo para la mayoría de los hogares fuera de las áreas urbanas.

Estas desigualdades en conectividad no son solo técnicas: tienen un impacto directo en el acceso a la información, educación, salud y oportunidades económicas. Reducir estas brechas es un desafío estratégico para el futuro del continente, y soluciones híbridas, como las propuestas por DataCup son esenciales para cerrar la brecha digital y garantizar un acceso equitativo al conocimiento, sin importar el lugar de residencia.

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